Sea cual sea el motivo y el acuerdo al que lleguemos con el empleado para su despido, éste es un momento difícil en la empresa. Difícil en su contenido y difícil en su desarrollo y sus formas.

Se marcha alguien que ha estado entregando sus horas a la empresa. “Sus horas” significa, parte de su vida. Decimos adiós y generamos un momento de incertidumbre en la vida de una persona que, probablemente, hasta ayer, pensaba que la tenía algo resuelta.

Son muchas las ocasiones en las que, en la conversación de despedida, para justificar la razón por la que rompemos la relación laboral, le “tapamos todas las salidas”, llegamos a descalificarlo profesionalmente y esto suele provocar el inicio del conflicto. Desde esta Dirección de Recursos Humanos lo vivimos con cierta frecuencia, el Directivo encargado de despedir intenta, en la mayoría de los casos, justificar su actuación, en lugar de pensar, un poquito más, que delante tiene una persona que está viviendo una “tragedia” y una situación de alto estrés.

Por esto, vuelvo a dejar unos consejos para ese momento tan complicado, para esa situación en la que debemos huir de plantear conflicto y acercarnos a ofrecer soluciones.

1. Primer objetivo: no hacer daño a la persona. Que el Directivo encargado del despido tenga siempre presente que lo que hay delante es una persona, un ser humano con sentimientos.

2. Segundo objetivo: no anular su futuro. Le estamos presentando una situación difícil para su futuro, por lo tanto, hagámoslo con todo el respeto posible, para que entienda que el hecho de que no cuadre en nuestra empresa no significa que no cuadrará en otros proyectos.

3. Tercer objetivo: no romper la relación personal. Lo que se rompe es una relación laboral, no tiene por qué trascender a la relación personal que tengamos con el empleado. Éste puede ser, en el futuro, un excelente cliente, colaborador, proveedor o, simplemente, amigo de la MARCA que abandona.

4. Cuarto objetivo: colaborar con él en futuras soluciones. Abrámosle todas las ventanas del futuro, indiquemos que estamos dispuestos a colaborar para que encuentre su nuevo puesto de trabajo.

5. Quinto objetivo: ser GENEROSOS. En cualquiera de las situaciones, actuemos con la generosidad personal más alta posible. Tratemos a las personas como nos gustaría que nos trataran a nosotros.

6. Sexto objetivo: afectar lo menos posible al equipo. Es muy importante que sepamos que cuanto mejor lo hagamos, mejor haremos que se sienta el resto del equipo, porque todos los empleados se ven reflejados en el trato que damos a cualquier miembro de la organización.

Por otro lado, la visión de la empresa que se lleve el empleado que deja la organización, será la visión que traslade a la calle, de lo que somos y de cómo nos comportamos.

No perdamos los papeles en una situación tan crítica como es ésta.

El despido en la empresa imagen escritorio vacío